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Una peligrosa ruta de drogas. Capturaron a un narco que buscaba expandir sus negocios criminales desde Campo Timbó
Julián David Correa Posso, colombiano, nacido en Medellín, decidió desaparecer. Unas horas después del 29 de octubre pasado, salió del país. Se esfumó el mismo día en que la Gendarmería realizó varios allanamientos para detener a los miembros de una red narco, que operaba una pista de aterrizaje que está dentro del country Campo Timbó, en Oliveros, a unos 30 kilómetros de Rosario. Correa Posso fue detenido por Interpol en Medellín.
La detención Correa Posso en Medellín confirma el “vuelo internacional” que tenía esta organización, que traía cocaína desde Bolivia a zona de terminales portuarias, que tiene salida al mar a través de la Hidrovía.
Este joven colombiano llegó a Rosario el 12 de octubre pasado. Aterrizó en el aeropuerto Islas Malvinas, de esta ciudad. Según consta en la investigación, lo fue a buscar un compatriota, Mauricio Dardo Aranda, que estaba en la región.
Correa Posso viajó con Santiago Arbelaez Zapata, otro joven oriundo de Medellín. Ambos son mecánicos de aviones. El grupo de colombianos que había desembarcado en Rosario se dedicaba al rubro de la aviación narco. Otro joven oriundo de Medellín que fue detenido, Juan Manuel Gómez Orrego, es piloto.
Según la investigación que llevó adelante Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) y la Fiscalía Federal Nº3 de Rosario, este grupo de colombianos eran los encargados del traslado de la droga hasta el aeródromo narco que se había montado en el country. Lo que se deduce de las intervenciones telefónicas es que estaban encargados de aprovisionar, poner a punto los aviones y realizar los vuelos para desembarcar la cocaína en una pista pensada hace una década para hacer un servicio de taxi aéreo a los directivos de las terminales portuarias, algo que nunca se concretó.
Esa base de operaciones de la banda narco estaba asentada en el country de Campo Timbó, un lugar lujoso y apacible, que está ubicado sobre el río Carcarañá y a unos dos kilómetros del Paraná.
A partir de que se detectó esta pista y los movimientos de las aeronaves, los investigadores judiciales pusieron la mira en las operaciones de supuesto lavado de dinero que arbitraban los integrantes de esta banda, de los cuales diez fueron detenidos, aunque uno de los cabecillas está prófugo.
En la investigación se puso bajo la lupa una serie de negocios que la rama rosarina de la organización había montado en múltiples rubros, tan amplios, que iban desde empresas que se dedicaban a la publicidad electoral a bares, radios, y taxis, entre otros emprendimientos. Durante los últimos días se llevaron adelante nuevos allanamientos en Campo Timbó en busca de documentación.
Según expedientes hubo sociedades montadas, para lavar dinero que provenía de la principal actividad que tenía este grupo, que era el narcotráfico a gran escala. La investigación lleva tres años, pero recién ahora se pudo establecer un patrón más sólido a nivel de pruebas. Cuando Gendarmería allanó Campo Timbó el 15 de noviembre pasado decomisaron tres avionetas, un remolcador, vehículos, armas de fuego, dinero en efectivo, dispositivos tecnológicos y documentación relevante para la causa. Fueron detenidas diez personas, entre ellas, los colombianos. A excepción de Correa Posso, que había logrado fugarse a Medellín, y fue atrapado durante las últimas horas.
El lugar utilizado para que aterrizaran las aeronaves era el country y golf Campo Timbó en el límite entre Timbúes y Oliveros, un lugar donde conviven residencias de lujo con un paisaje litoraleño muy cuidado, donde la paz y tranquilidad siempre fue el principal atributo para los inversores. Ese era el lugar utilizado por los diez detenidos para descargar la cocaína con la excusa de “ver campos” y en el que en distintas ocasiones el hangar donde se acopiaba la droga permanecería cerrado, lo que resultaba llamativo por tratarse de un sitio descampado que incluso contaba con seguridad propia y cámaras de vigilancia.
Los efectivos detuvieron, por orden del juzgado federal N° 3, a cargo de Carlos Alberto Vera Barros, a cuatro ciudadanos de nacionalidad colombiana. Luego se realizaron allanamientos de otras 38 propiedades en la provincia de Santa Fe, donde se produjo el decomiso de tres avionetas con matrículas y banderas adulteradas, 25 vehículos, dos motos, 68 teléfonos celulares, cinco armas de fuego, 5.000.000 de pesos, 39.000 dólares, 18 computadoras, entre otros elementos y documentación de interés para la causa. En total diez personas quedaron detenidas. A través de peritajes de microaspirado se detectó que en las aeronaves se transportaba cocaína que provenía de Paraguay y también de Bolivia.