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Sociedad

A 20 años del 11-S, los atentados terroristas en Estados Unidos que cambiaron al mundo

Los ataques dejaron 2.996 muertos, incluidos los 19 terroristas, y más de 25 mil heridos. El por entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, estaba en un aula de la escuela primaria Emma E. Booker, de Sarasota, Florida, frente a un grupo de niños cuando impactó el avión. Reviví el hecho en la nota.

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El 11 de septiembre de 2001 el mundo cambió: una serie de atentados sincronizados, que fueron reivindicados por el grupo terrorista Al-Qaeda, provocaron miles de muertos en los Estados Unidos cuando dos aviones de línea impactaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, un tercero se estrelló contra el Pentágono y otro, que presumiblemente tenía como objetivo el Capitolio en Washington, se vino abajo en un campo de Pensilvania.

La secuencia trágica, de la que mañana se cumplen 20 años y que fue transmitida en vivo al mundo entero, con imágenes impactantes dignas del cine de catástrofe, duró apenas 73 minutos, pero sus consecuencias se prolongan hasta el día de hoy.

Los ataques dejaron 2.996 muertos, incluidos los 19 terroristas, y más de 25 mil heridos, pero además provocaron 10 mil millones de dólares de pérdidas económicas, alteraron desde entonces las políticas internacionales de seguridad aérea y fueron el detonante de un endurecimiento de la «lucha contra el terrorismo» por parte de EE.UU. y de una nueva guerra, con epicentro en Afganistán, que se extendió durante dos décadas.

Esa mañana del 11-S, en el ocaso del verano boreal, el cielo estaba despejado en Nueva York y la gente iba a sus trabajos con normalidad cuando de repente, a las 8:46, una explosión en la parte superior de la Torre Norte del World Trade Center alteró la rutina de todos.

Los medios estadounidenses se hicieron eco del incidente y comenzaron a transmitir en vivo imágenes de una columna de humo que salía de los pisos superiores.

Las primeras informaciones que trascendieron daban cuenta de que una avioneta había impactado contra el edificio y se especulaba con que el piloto habría sufrido un infarto. Nada más alejado de la realidad.

Diecisiete minutos después, a las 8:03, mientras las cámaras apuntaban a ambas torres ubicadas en el sur de Manhattan, captaron el momento en el que un segundo avión impactaba de lleno contra la Torre Sur.

A partir de ese momento, ya no quedaron dudas de que se trataba de un ataque terrorista. Hubo estampidas de personas en las calles y la gente que estaba en ambos edificios comenzó una evacuación lenta y desesperada por las escaleras de emergencia, al tiempo que los bomberos subían para tratar de controlar el fuego y rescatar a las personas que estaban atrapadas en los pisos superiores.

Los dos aviones que se estrellaron contra el World Trade Center habían despegado del Aeropuerto Internacional Logan de Boston con rumbo a Los Ángeles. Pero a poco del despegue los terroristas dominaron a las tripulaciones y coparon las cabinas.

El primero, el vuelo 11 de American Airlines, un Boeing 767 con 92 personas a bordo, fue el que impactó contra la Torre Norte, y el vuelo 175 de United Airlines, otro Boeing 767 que partió 15 minutos después y llevaba 65 personas, se incrustó contra la Torre Sur.

El por entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, estaba en un aula de la escuela primaria Emma E. Booker, de Sarasota, Florida, frente a un grupo de niños.

Una cámara registró el momento en el que el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Andrew Card, se acercó a él y le susurró al oído: «Están atacando a los Estados Unidos».

Mientras toda la atención estaba centrada en el sur de Manhattan, con las inmensas columnas de humo que teñían de muerte el cielo, a las 9:37, otro avión, el vuelo 77 de American Airlines, un Boeing 757 con 64 personas a bordo, que había despegado del Aeropuerto Internacional Dulles de Washington DC hacia Los Ángeles, se estrelló ​contra la fachada oeste del Pentágono, probablemente uno de los sitios más protegidos del mundo.

El caos y el descontrol aumentaron en Nueva York cuando a las 9:59 se vino abajo la Torre Sur y media hora más tarde se derrumbó la Torre Norte: ése fue el final de las Twin Towers, dos enormes edificios de 110 pisos cada uno habían sido inaugurados en 1973 y eran un símbolo del capitalismo.

En medio de los dos derrumbes, a las 10:03, un cuarto avión, el vuelo 93 de United Airlines, que había partido de Newark con destino a San Francisco con 44 personas en su interior, entre tripulantes y pasajeros, y que tenía supuestamente como objetivo el Capitolio, ubicado en la ciudad de Washington, se estrelló en campo abierto cerca de Shanksville, Pensilvania.
Según la versión oficial, los pasajeros, que ya estaban al tanto de lo que había ocurrido en Nueva York por la información que recibieron en sus teléfonos celulares, pelearon con los terroristas y derribaron el avión.

El plan de los terroristas

Si bien el ataque sincronizado fue devastador, el plan original de Al-Qaeda era mucho más ambicioso aparentemente.

El terrorista yihadista Osama Bin Laden no fue el cerebro de los atentados del 11 de setiembre, aunque sí fue quien dio luz verde al plan, brindó apoyo logístico y lo financió, ya que el ideólogo fue el pakistaní Khalid Sheikh Mohamed, que está preso en Guantánamo desde 2006.

En 1994, Khalid Sheikh Mohamed viajó a Filipinas para trabajar en la fallida Operación Bojinka, que pretendía destruir 12 aviones comerciales que volaban entre Estados Unidos, Asia Oriental y el Sudeste Asiático.

Dos años más tarde, entró en la mira de Washington, que le pidió su captura al gobierno de Qatar. Entonces huyó a Afganistán, donde conoció a Bin Laden, a quien le propuso el germen de la idea de los ataques del 11-S. En 1999 se convirtió en un activista pleno de Al-Qaeda y empezó a planificar los ataques.

Ese borrador incluía once atentados simultáneos con aviones a símbolos estadounidenses como las Torres Gemelas, el Pentágono, la Casa Blanca, el Capitolio, el Empire State y la Torre Sears de Chicago.

Finalmente, por cuestiones logísticas, el plan se redujo a los cuatro objetivos que se alcanzaron y la Casa Blanca. Sin embargo, este último tampoco se pudo concretar porque en agosto de 2001 el piloto suicida que lo iba a dirigir fue detenido por cuestiones migratorias.

La respuesta de los Estados Unidos.

Nueve días después de los atentados, con el país todavía en estado de shock, George W. Bush brindó un discurso que marcaría las dos décadas siguientes: «Los estadounidenses se están preguntando, ¿por qué nos odian? Odian lo que ven aquí mismo, en esta cámara: un Gobierno elegido democráticamente», dijo el presidente desde la sede del Congreso.

Así, abrió la puerta a su guerra contra el terrorismo, una incursión sin límites claros, un vale todo que se desarrolló «en defensa de la democracia y los valores occidentales».

El 26 de octubre de 2001, el Congreso sancionó por amplia mayoría la Ley Patriótica (Patriot Act), que amplió la capacidad de control del Estado para combatir el terrorismo con el argumento básico que los estadounidenses -y los extranjeros también- debían sacrificar algunas de sus garantías constitucionales para afianzar su seguridad.

La caza de Bin Laden se volvió el objetivo número 1 y, según la información de inteligencia que manejaban, el líder de Al- Qaeda se refugiaba en Afganistán amparado por el régimen talibán.

Los primeros bombardeos en ese país asiático ocurrieron ese mismo mes de octubre, pero no acabaron en diciembre de ese año, cuando cayeron los talibanes, o en 2011, con la muerte de Bin Laden, la guerra se extendió hasta convertirse en la más larga de la historia de EE.UU.

Finalizó hace pocos días con la caótica retirada y el retorno talibán al poder en Afganistán.

De cualquier manera, los ataques del 11-S cambiaron el curso de la historia para siempre, en especial en material de seguridad y prevención ciudadana a escala global, tanto en lo que significa viajes en avión por ejemplo, como en la vida cotidiana -sobre todo en Estados Unidos-, tras aquella incursión terrorista de 2001 en el país norteamericano considerada la más sangrienta y tristemente relevante de todos los tiempos.

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Sociedad

Domingo de Pascua: por qué se celebra y cómo se conmemora

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El Domingo de Pascua, conocido también como Domingo de Resurrección, es uno de los días más importante para la comunidad cristiana.

El Domingo de Pascua, conocido también como Domingo de Resurrección, es uno de los días más importante para la comunidad cristiana, ya que en esta fecha se conmemora la resurrección de Jesucristo después de su crucifixión. La Biblia relata que Jesús fue crucificado el Viernes Santo y resucitó al tercer día, siendo este el Domingo de Pascua, cerrando de esta manera la Semana Santa.

En la actualidad, el Domingo de Pascua se celebra con diversas actividades y rituales. En muchas iglesias, se llevan adelante misas especiales donde se enciende el cirio pascual, simbolizando a Cristo como la luz del mundo. Este día también es una ocasión para reuniones familiares y celebraciones.

¿Por qué se comen huevos de chocolate en Pascua?

El huevo de chocolate es una tradición gastronómica de la fiesta de Pascua. Tanto en las culturas paganas como en el cristianismo primitivo era el símbolo de la fertilidad, y en parte representaba el inicio de un ciclo. Se regalaban huevos como símbolos de prosperidad y fertilidad.

La costumbre también es común entre los miembros de la Iglesia ortodoxa siria, la Iglesia maronita siria y la Iglesia apostólica armenia.

La tradición de los huevos de Pascua está muy arraigada en este día y su origen está en que entre los siglos IX y XVIII se prohibía comer huevos durante la Cuaresma. Por ello, los ciudadanos los cocían y los preparaban para poder celebrar comiéndolos al final de la Semana Santa, cuando la prohibición religiosa decaía.

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Política

El gobierno anunció el cierre del Inadi y celebró Biondini

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El gobierno anunció el cierre del Inadi y celebró Biondini

«No vamos a seguir financiando ni rosca política ni lugares donde se paguen favores políticos», dijo Adorni.

El gobierno de Javier Milei anunció que avanzará el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) porque «no sirve para nada».

«Estamos dando los primeros pasos para avanzar en el desmantelamiento de diferentes institutos que no sirven absolutamente para nada o son grandes cajas de la política o son lugares para generar empleo militante», anunció Manuel Adorni.

«El primero es el INADI, estamos empezando con su cierre definitivo», agregó el vocero, que sostuvo que el organismo «tiene alrededor de 400 empleados y decenas de oficinas». «Estos institutos tienen la particularidad de que están conducidos por funcionarios de dudosa idoneidad», reconoció.

El dirigente neonazi Alejandro Biondini celebró el anuncio. «La primera medida con la que estoy de acuerdo. Hasta ahora el INADI sólo había servido para perseguir al Nacionalismo y otras expresiones. Era una herramienta para coartar la libertad de opinión en forma arbitraria y selectiva. Me alegra que lo desmantelen», dijo Biondini.

La decisión se conoce un día después de que el Gobierno designó como interventora a María de los Ángeles Quiroga, que será la encargada del desmantelamiento.

«No vamos a seguir financiando ni rosca política ni lugares donde se paguen favores políticos, ni donde hayan decenas o cientos de puestos jerárquicos que no suman nada», insistió Adorni. «Hay un sin fin de institutos que el Presidente está decidido a cerrar o desmantelar», agregó.

«Los trámites burocráticos no siempre son tan sencillos, lamentablemente la burocracia pone algunos límites. Nos encantaría que el INADI esté cerrado hoy, pero no se puede», continuó el vocero en conferencia de prensa.

Adorni explicó que el cierre de organismos «en algunos será por decreto, en otros bastará con la decisión de cada ministro». Respecto a los posibles despidos, Adorni dijo que «empleado que esté de más no tiene razón de ser que un argentino abone su sueldo con sus impuestos».

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Deportes

«La Parrilla del Capitán»: el mensaje viral de Lionel Messi a un emprendimiento argentino

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El astro rosarino sorprendió a una fábrica de San Miguel al escribirles por Instagram para comprarles una parrilla y que se la enviaran a Miami.

Lionel Messi sorprendió a un emprendimiento argentino al comprar una parrilla para que le fuera enviada a Miami, Estados Unidos, y el mensaje se hizo viral al igual que el modelo que fue confeccionado especialmente para el capitán de la Selección argentina.

«Hola, hace poco un amigo te compró una parrilla y se la mandaste acá a Miami. Quería ver si te podía pedir otra, una más grande y mandarla al mismo lugar», escribió la «Pulga» desde su propia cuenta de Instagram a «Laboratorio de Hierro», la fábrica que realiza las parrillas en San Miguel.

«La parrilla del Capitán que linda es! Gracias @leomessi», escribió Guillermo, dueño del emprendimiento, en su cuenta de Instagram, donde ya tienen más de 100 mil seguidores, junto a imágenes del modelo y el equipo de trabajo.

Además, en su web dieron todos los detalles de cómo fue el intercambio con el capitán de la Scaloneta, y la compra. «El 10 de diciembre de 2023, recibimos un mensaje que nos llenó de alegría y emoción. Nada menos que Leo Messi nos escribió por Instagram para expresar su interés en adquirir una de nuestras parrillas LaboHierro», contaron.

«Como fanáticos del fútbol y admiradores del talento de Messi, estábamos emocionados de tenerlo como cliente. Después de todo, él no solo es uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, sino también un verdadero amante del asado, al igual que nosotros. Fue entonces cuando surgió la idea de hacer algo especial en su honor. Decidimos crear una parrilla única, inspirada en su legado y pasión por el fútbol y el asado», agregaron.

«Así nació La Parrilla del Capitán de LaboHierro. Diseñada con los mejores materiales y cuidadosamente elaborada para reflejar la grandeza y la elegancia del propio Messi, esta parrilla es verdaderamente especial. Desde su diseño innovador hasta sus características de alto rendimiento, La Parrilla del Capitán representa lo mejor de LaboHierro y rinde homenaje a un ícono del deporte mundial».

«Estamos orgullosos de tener a Messi como parte de nuestra comunidad y esperamos que La Parrilla del Capitán le traiga tantas alegrías como las que nos ha traído a nosotros», cerraron los fabricantes.

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