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Sociedad

Murió Horacio González, uno de los referentes intelectuales de la Argentina

El sociólogo y exdirector de la Biblioteca Nacional estaba internado a raíz de un cuadro de coronavirus hace poco más de un mes.

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Tras un largo proceso que incluyó mejorías y recaídas, murió este martes a los 77 años el sociólogo y ensayista Horacio González, un hombre de lealtades blindadas que sin escaparle al disenso vivió en estado de interrogación y diálogo, apostó al lenguaje para desafiar sentidos clausurados y generó una de las etapas más luminosas de la Biblioteca Nacional a partir de una gestión que alojó debates inflamados, validó en sentido integral la producción de músicos como Spinetta o el “Indio” Solari y salió al rescate de textos olvidados por las dinámicas expulsivas de la industria editorial.

El autor de “Lengua del ultraje. De la generación del 37 a David Viñas” toreó varias veces a la muerte. Lo hizo a fines de 2013 cuando se desplomó en el aeropuerto de Panamá como consecuencia de un ACV que sufrió mientras regresaba de un Congreso de la Lengua celebrado en esa ciudad y luego en 2015 cuando fue intervenido por una hemorragia renal que un año y medio después lo llevó a recibir un trasplante de riñón.

Pero esta vez no pudo. No alcanzó con la tenacidad disimulada en su figura etérea, afable, de la que brotaba la voz tenue pero firme con la que construyó su faceta de polemista.

Sociólogo, docente, ensayista, profesor, militante: González fue uno de los más lúcidos pensadores argentinos del último siglo, poseedor de una prosa expansiva y laberíntica que custodiaba sus ocurrencias y argumentos. Fuera del territorio solitario de la escritura, no esquivó los riesgos que acechan a los hombres que frecuentan la arena pública: presentó libros, regaló destellos de conferencista sagaz y lideró cruzadas como las reuniones de Carta Abierta -el espacio que buscó aportar espesor teórico a las políticas del kirchnerismo- o la embestida para licuar el protagonismo del escritor Mario Vargas Llosa durante su visita al Feria del Libro en 2015.

A González lo caracterizó siempre la vocación para sostener lealtades -a sus ideas, a sus amigos, a las figuras que admiraba como la del expresidente Néstor Kirchner o el desaparecido librero Elvio Vitali- sin caer en la adulación o el alineamiento sumiso.

Contra toda prevención, en julio de 2015 no dudó en anticipar su salida de la Biblioteca Nacional -en la que ejerció la máxima autoridad durante una década- pese a que el pronóstico de cara a las inminentes elecciones presidenciales sugería un escueto triunfo del candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, por sobre el opositor Mauricio Macri. “Creo que no seguiré. Debería para eso acallar muchas de las críticas que hice y me debería convertir en un funcionario más adecuado y no lo fui”, se sinceró.

De hecho, en ese inesperado balance que formuló en el marco de una presentación informal ante un grupo de periodistas llegó a sostener que trabajó “al filo de la disidencia”, en línea con la noción de una “cultura crítica”. El intelectual había llegado a la Biblioteca Nacional en 2004 por pedido de su amigo Vitali, quien apenas nombrado director lo convocó para desempeñarse como su segundo en el área junto al también historiador Horacio Tarcus.

Cuenta la leyenda que casi dos años después el entonces presidente Néstor Kirchner lo llamó a su casa para ofrecerle el cargo de director de la máxima institución cultural. Tuvo su primer asedio público en diciembre de 2006, cuando el subdirector Tarcus presentó su renuncia por desavenencias con los sindicatos y sus desacuerdos con la línea “nacional y popular” que empezaba a perfilar la gestión.

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Sociólogo, docente y ensayista argentino nacido en 1944, era uno de los referentes intelectuales más importantes de la Argentina.
Sociólogo, docente y ensayista argentino nacido en 1944, era uno de los referentes intelectuales más importantes de la Argentina.

Tras un largo proceso que incluyó mejorías y recaídas, murió este martes a los 77 años el sociólogo y ensayista Horacio González, un hombre de lealtades blindadas que sin escaparle al disenso vivió en estado de interrogación y diálogo, apostó al lenguaje para desafiar sentidos clausurados y generó una de las etapas más luminosas de la Biblioteca Nacional a partir de una gestión que alojó debates inflamados, validó en sentido integral la producción de músicos como Spinetta o el “Indio” Solari y salió al rescate de textos olvidados por las dinámicas expulsivas de la industria editorial.

El autor de “Lengua del ultraje. De la generación del 37 a David Viñas” toreó varias veces a la muerte. Lo hizo a fines de 2013 cuando se desplomó en el aeropuerto de Panamá como consecuencia de un ACV que sufrió mientras regresaba de un Congreso de la Lengua celebrado en esa ciudad y luego en 2015 cuando fue intervenido por una hemorragia renal que un año y medio después lo llevó a recibir un trasplante de riñón.

Pero esta vez no pudo. No alcanzó con la tenacidad disimulada en su figura etérea, afable, de la que brotaba la voz tenue pero firme con la que construyó su faceta de polemista.

Sociólogo, docente, ensayista, profesor, militante: González fue uno de los más lúcidos pensadores argentinos del último siglo, poseedor de una prosa expansiva y laberíntica que custodiaba sus ocurrencias y argumentos. Fuera del territorio solitario de la escritura, no esquivó los riesgos que acechan a los hombres que frecuentan la arena pública: presentó libros, regaló destellos de conferencista sagaz y lideró cruzadas como las reuniones de Carta Abierta -el espacio que buscó aportar espesor teórico a las políticas del kirchnerismo- o la embestida para licuar el protagonismo del escritor Mario Vargas Llosa durante su visita al Feria del Libro en 2015.

A González lo caracterizó siempre la vocación para sostener lealtades -a sus ideas, a sus amigos, a las figuras que admiraba como la del expresidente Néstor Kirchner o el desaparecido librero Elvio Vitali- sin caer en la adulación o el alineamiento sumiso.

Contra toda prevención, en julio de 2015 no dudó en anticipar su salida de la Biblioteca Nacional -en la que ejerció la máxima autoridad durante una década- pese a que el pronóstico de cara a las inminentes elecciones presidenciales sugería un escueto triunfo del candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, por sobre el opositor Mauricio Macri. “Creo que no seguiré. Debería para eso acallar muchas de las críticas que hice y me debería convertir en un funcionario más adecuado y no lo fui”, se sinceró.

De hecho, en ese inesperado balance que formuló en el marco de una presentación informal ante un grupo de periodistas llegó a sostener que trabajó “al filo de la disidencia”, en línea con la noción de una “cultura crítica”. El intelectual había llegado a la Biblioteca Nacional en 2004 por pedido de su amigo Vitali, quien apenas nombrado director lo convocó para desempeñarse como su segundo en el área junto al también historiador Horacio Tarcus.

Cuenta la leyenda que casi dos años después el entonces presidente Néstor Kirchner lo llamó a su casa para ofrecerle el cargo de director de la máxima institución cultural. Tuvo su primer asedio público en diciembre de 2006, cuando el subdirector Tarcus presentó su renuncia por desavenencias con los sindicatos y sus desacuerdos con la línea “nacional y popular” que empezaba a perfilar la gestión.

Precisamente esa perspectiva díscola con las tradiciones sería una de las grandes astucias de González: convertir a la Biblioteca en un espacio vivo capaz de alojar el “zeitgeist” de una sociedad que redefinía sus consumos culturales intentando dejar atrás las secuelas del estallido social de 2001. El sociólogo planteó entonces una agenda desplazada hacia expresiones asociadas a lo periférico o lo alternativo que nunca antes habían tenido lugar en la monumental estructura proyectada por Clorindo Testa, como la muestra dedicada en 2014 a “El Eternauta”, la historieta creada por Héctor Germán Oesterheld o las que sucesivamente tuvieron como epicentro el universo artístico del “Indio” Solari, fundador de Los Redonditos de Ricota, o la producción poética y musical de Luis Alberto Spinetta, a quien en 2012 se le rindió homenaje con una exposición antológica.

Transformado en un anfitrión entusiasta y descontracturado, González multiplicó la actividad pública de la Biblioteca con presentaciones de libros, paneles, ejercicios de relectura crítica, exposiciones, ciclos de reflexión y hasta jornadas de desagravio como la que dedicó al escritor Pablo Katchadjian, acusado por la viuda de Borges, María Kodama, de plagiarlo en su libro “El Aleph engordado”. Fue una atípica velada que contó con la presencia del escritor César Aira, habitualmente renuente a la actividad pública, además del apoyo de más de 2.500 escritores editores y artistas entre los que se encontraban Edgardo Cozarinsky, Ricardo Piglia, Silvia Molloy, Josefina Licitra, Alan Pauls, Tamara Kamenszain y Gabriela Cabezón Cámara

“La Biblioteca Nacional tiene que mantener la idea de interrogar toda la cultura disponible. Es como en la época de Groussac y la época de Moreno, que de algún modo estaba vinculada a todos los asuntos públicos, incluso a la guerra. Entre guerra y biblioteca hay muchas relaciones y ocurre hasta hoy que en las guerras las bibliotecas son un blanco muy selecto”, destacó durante una entrevista el sociólogo, que en 2011 creó el Museo del Libro y de la Lengua y designó como directora del flamante espacio a la ensayista María Pía López, su antigua alumna e incondicional amiga.

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Sociedad

Domingo de Pascua: por qué se celebra y cómo se conmemora

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El Domingo de Pascua, conocido también como Domingo de Resurrección, es uno de los días más importante para la comunidad cristiana.

El Domingo de Pascua, conocido también como Domingo de Resurrección, es uno de los días más importante para la comunidad cristiana, ya que en esta fecha se conmemora la resurrección de Jesucristo después de su crucifixión. La Biblia relata que Jesús fue crucificado el Viernes Santo y resucitó al tercer día, siendo este el Domingo de Pascua, cerrando de esta manera la Semana Santa.

En la actualidad, el Domingo de Pascua se celebra con diversas actividades y rituales. En muchas iglesias, se llevan adelante misas especiales donde se enciende el cirio pascual, simbolizando a Cristo como la luz del mundo. Este día también es una ocasión para reuniones familiares y celebraciones.

¿Por qué se comen huevos de chocolate en Pascua?

El huevo de chocolate es una tradición gastronómica de la fiesta de Pascua. Tanto en las culturas paganas como en el cristianismo primitivo era el símbolo de la fertilidad, y en parte representaba el inicio de un ciclo. Se regalaban huevos como símbolos de prosperidad y fertilidad.

La costumbre también es común entre los miembros de la Iglesia ortodoxa siria, la Iglesia maronita siria y la Iglesia apostólica armenia.

La tradición de los huevos de Pascua está muy arraigada en este día y su origen está en que entre los siglos IX y XVIII se prohibía comer huevos durante la Cuaresma. Por ello, los ciudadanos los cocían y los preparaban para poder celebrar comiéndolos al final de la Semana Santa, cuando la prohibición religiosa decaía.

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Política

El gobierno anunció el cierre del Inadi y celebró Biondini

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El gobierno anunció el cierre del Inadi y celebró Biondini

“No vamos a seguir financiando ni rosca política ni lugares donde se paguen favores políticos”, dijo Adorni.

El gobierno de Javier Milei anunció que avanzará el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) porque “no sirve para nada”.

“Estamos dando los primeros pasos para avanzar en el desmantelamiento de diferentes institutos que no sirven absolutamente para nada o son grandes cajas de la política o son lugares para generar empleo militante”, anunció Manuel Adorni.

“El primero es el INADI, estamos empezando con su cierre definitivo”, agregó el vocero, que sostuvo que el organismo “tiene alrededor de 400 empleados y decenas de oficinas”. “Estos institutos tienen la particularidad de que están conducidos por funcionarios de dudosa idoneidad”, reconoció.

El dirigente neonazi Alejandro Biondini celebró el anuncio. “La primera medida con la que estoy de acuerdo. Hasta ahora el INADI sólo había servido para perseguir al Nacionalismo y otras expresiones. Era una herramienta para coartar la libertad de opinión en forma arbitraria y selectiva. Me alegra que lo desmantelen”, dijo Biondini.

La decisión se conoce un día después de que el Gobierno designó como interventora a María de los Ángeles Quiroga, que será la encargada del desmantelamiento.

“No vamos a seguir financiando ni rosca política ni lugares donde se paguen favores políticos, ni donde hayan decenas o cientos de puestos jerárquicos que no suman nada”, insistió Adorni. “Hay un sin fin de institutos que el Presidente está decidido a cerrar o desmantelar”, agregó.

“Los trámites burocráticos no siempre son tan sencillos, lamentablemente la burocracia pone algunos límites. Nos encantaría que el INADI esté cerrado hoy, pero no se puede”, continuó el vocero en conferencia de prensa.

Adorni explicó que el cierre de organismos “en algunos será por decreto, en otros bastará con la decisión de cada ministro”. Respecto a los posibles despidos, Adorni dijo que “empleado que esté de más no tiene razón de ser que un argentino abone su sueldo con sus impuestos”.

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Deportes

“La Parrilla del Capitán”: el mensaje viral de Lionel Messi a un emprendimiento argentino

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El astro rosarino sorprendió a una fábrica de San Miguel al escribirles por Instagram para comprarles una parrilla y que se la enviaran a Miami.

Lionel Messi sorprendió a un emprendimiento argentino al comprar una parrilla para que le fuera enviada a Miami, Estados Unidos, y el mensaje se hizo viral al igual que el modelo que fue confeccionado especialmente para el capitán de la Selección argentina.

“Hola, hace poco un amigo te compró una parrilla y se la mandaste acá a Miami. Quería ver si te podía pedir otra, una más grande y mandarla al mismo lugar”, escribió la “Pulga” desde su propia cuenta de Instagram a “Laboratorio de Hierro”, la fábrica que realiza las parrillas en San Miguel.

“La parrilla del Capitán que linda es! Gracias @leomessi”, escribió Guillermo, dueño del emprendimiento, en su cuenta de Instagram, donde ya tienen más de 100 mil seguidores, junto a imágenes del modelo y el equipo de trabajo.

Además, en su web dieron todos los detalles de cómo fue el intercambio con el capitán de la Scaloneta, y la compra. “El 10 de diciembre de 2023, recibimos un mensaje que nos llenó de alegría y emoción. Nada menos que Leo Messi nos escribió por Instagram para expresar su interés en adquirir una de nuestras parrillas LaboHierro”, contaron.

“Como fanáticos del fútbol y admiradores del talento de Messi, estábamos emocionados de tenerlo como cliente. Después de todo, él no solo es uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, sino también un verdadero amante del asado, al igual que nosotros. Fue entonces cuando surgió la idea de hacer algo especial en su honor. Decidimos crear una parrilla única, inspirada en su legado y pasión por el fútbol y el asado”, agregaron.

“Así nació La Parrilla del Capitán de LaboHierro. Diseñada con los mejores materiales y cuidadosamente elaborada para reflejar la grandeza y la elegancia del propio Messi, esta parrilla es verdaderamente especial. Desde su diseño innovador hasta sus características de alto rendimiento, La Parrilla del Capitán representa lo mejor de LaboHierro y rinde homenaje a un ícono del deporte mundial”.

“Estamos orgullosos de tener a Messi como parte de nuestra comunidad y esperamos que La Parrilla del Capitán le traiga tantas alegrías como las que nos ha traído a nosotros”, cerraron los fabricantes.

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